Demonios
de san Valentín
Hoy ya se cumple casi un año
desde aquella vez… Dolores del alma como duelen…. Como la extraño…. Esa
preciosa chica la cual me hizo lo que soy… Maldita bastarda no te lo perdonare,
pero siempre, aunque no quiera te llevare en mi corazón. En fin… Les contare mi
historia.
Yo era un joven apuesto de
varias mujeres, nunca me preocupe por serle fiel a ninguna, tan solo eran para
saciar mis necesidades y calmar mis muy alborotadas hormonas. cuando una ya no
me llenaba simplemente la dejaba por otra más apuesta o de mejor familia
un maldito vividor para acortar la historia… por más mujeres que tuve ninguna
logro llenar este extraño vacío sin fin que siento en mi pecho; esta punzada
cortante hiriente de muerte…
Faltaba poco tiempo para San
Valentín; mi corazón en ese tiempo lo sentía más vacío así que busque
refugio en mujeres como de costumbre… Un día antes para ser exacto Salí a dar
un paseo era un poco tarde como las diez o tal vez once. Caminé por un lugar
oscuro; mis ojos estaban aguados mi pecho dolía con un punzante dolor casi
insoportable; reflexionaba sobre la noticia que me dio el doctor semanas antes.
destinado a morir por una enfermedad venérea.
—¡Maldita mujer! — grité.
Golpeando un árbol.
Entonces levante mi mirada
cristalina mirando mi puño ensangrentado, abrí mi mano y mire al frente… ¡La
vi! una mujer preciosa que al verla sentí algo dentro de mí. Quede anonadado
mirándola por un tiempo. Suspire y ella se dio cuenta que la miraba.
Ya eran más de las 12. Una chica
tan bonita que haría en un lugar tan oscuro y solitario; observe el lugar
por un tiempo, percatándome que era un lugar el cual yo no conocía camine sin
rumbo por mucho tiempo no es algo por qué preocuparme, como si alguien esperara
por mí en casa… Camine hacia la chica; quería hablarle. Una chica así tal vez
lograría llenarme; quien sabe si hasta entablara una relación seria con ella. La
chica vio mi acercamiento y empezó a caminar en dirección contraria parecía que
quería que la siguiera, a lo cual estaba cegado, hipnotizado por su belleza y
presencia.
Llegamos a un terreno desolado y
ella se dio media vuelta mirándome. Hacia un poco de frío esa noche; la luna
era preciosa casi lograba tocarla con mis manos. Ella caminó mí y me dijo:
—Note que me seguiste hasta acá.
—Pensé que debí hacerlo. Es
peligroso que una dama tan bella camine sola, a estas horas.
Ella dio una sonrisa, mirando al
suelo.
—¿Y que te trae por estos
caminos? — le pregunté
—Dolores del alma; cosas que no
entenderías— me respondió.
—Háblame de ello, puede que
logre entender.
Ella camino y me dijo:
—Sígueme.
Camine a su lado, pero no soltó palabra
por más que le hable, para iniciar una conversación.
Luego de caminar. Llegamos a una
especie de parque con bancas; la chica se sentó, de bajo de una farola; que le
alumbraba su radiante y hermoso cabello.
—¡Dolores del alma! — exclamo
mirando al cielo.
La mire por unos segundos, hasta
que ella volvió su cara hacia mí. Me beso… Correspondí a ello, sin embargo, su
fachada de mujer cálida, bella e inteligente pero recatada no correspondía a su
beso lleno de lujuria envolvedor profundo, y tan superficial como una droga
creando una adicción en mí, sintiendo como me arrastraba poco a poco al
infierno. Ella paró, pero yo seguía. Y no tuvo de otra que separarme con sus
manos, junto con una mirada extraña.
—No entiendes nada verdad— me
dijo.
Intente callarla con un beso, pero, no logre
llegar a sus labios.
—No comprendo, pero, si quieres
puedes enseñarme. Por mí no hay ningún problema— le dije.
Ella se levantó y bordeo la banca llegando a
mi espalda. Puso sus delicadas manos en mis hombros dando un suave pero
penetrante masaje llegando a mis bíceps; sentí un aire frío y pesado, pero no le
tome importancia.
—Vamos a mi departamento, queda
justo en frente— me dijo.
Llegamos a su departamento entre
besos y caricias dadas en el camino. Cada vez sentía como caía más en su juego;
en este hueco en el que estoy ahora. Ya en su departamento, ella se dirigió al
dormitorio. Yo iba desnudándome rápidamente mientras ella se dirigía hacia el
dormitorio…
Tentándome con besos de largo
que llegaban a mi piel; estando en el cuarto me empujó hacia la cama.
—Todavía no comprendes— me dijo.
Quitándose su vestido.
Besé todas y cada de las células
de su cuerpo. Fue la mejor noche de lo que fue mi vida…
Ya era tarde; dormí casi todo el
día. La busqué en la cama a ver si echábamos otro polvo, pero no la encontré.
Busqué con la mirada, pero no la vi; salí de la habitación. Era un
ambiente pesado. Ella estaba en una butaca fumando, con un porte muy de señora.
¡Fui por su espalda y di un beso en el cuello, pero ya no se sentía igual, se
sentía fría, arrugada, ¡seca! di la vuelta y era ella. Pero no se parecía en
nada a lo que era anoche. Ya no era la hermosa joven perfecta… ahora era más un
cadáver putrefacto maloliente, con cuencas vacías.
Me asuste; ¿iba a salir de la
casa a todo dar, pero ella me tomo fuertemente de la mano…
—No quieres repetir lo de
anoche, dulce amante— me dijo.
Me asuste y trate de soltarme, pero era inútil
ella me arrastro; yo ya no tenía control sobre mí, estaba a su disposición. Se
repitió todo como la noche pasada, tenía mucho asco, pero sin yo quererlo
nuevamente hice de ella mi mujer... Nunca pensé practicar la necrofilia, ni
mucho menos de esta manera. Logre vomitar sobre ella, esta me abofeteo
fuertemente.
—¡te doy asco acaso! — me gritó.
Note como su rostro putrefacto
enfureció y su pelo empezó a caerse mientras ella gritaba histérica en toda la
habitación; se meneaba el cuarto. Se prendió en llamas y ella se arrancaba
la piel dejando ver sus huesos y llenando todo de sangre maloliente, rancia
negra y oscura… Simplemente desagradable…
14 de febrero día del amor. Lo
menos que tuve ese día.
Ella empezó a cambiar; se
convirtió en un demonio con una voz fuerte muy tosca y brusca me dijo:
—¡Ahora si lo comprendes Verdad!
¡quieres escapar lo sé, pero ahora me perteneces… y tengo hambre, antes que nada,
me saciare de ti luego veré que hacer contigo!
Lamio mi mano herida de ayer. Note
como sus ojos brillaron; no dudo en clavarme los dientes; el dolor era inhumano,
pero no sé qué era más fuerte el dolor de mi pecho, o el dolor de mi carne
siendo masticada… Mi sangre manchaba todo el lugar. Mordió fuerte desde mi
hombro y rasgo mi piel desde el pecho hasta mi ombligo mastico y mastico. Con
sus pesuñas escarbo dentro de mi estómago.
Comió mis entrañas… Estaba más
vacío por dentro de lo que estuve; ese hueco en mi corazón se hizo más grande.
Lo que me quedaba de carne y piel era ridículo. Miré como se volvió a convertir
en esa hermosa joven. Me dio un dulce y profundo beso
—Ahora tomare tus ojos…
Tomo el primero sin despegarlo
de mí, y comenzó a masticar fuertemente con sus molares, cortando mi nervio
óptico con sus dientes; el otro simplemente lo arranco bruscamente. Quedé en un
oscuro hueco con una cantidad ridícula de carne, aunque ya no tenía mis órganos.
—Te has convertido. Ahora espera
para que cases a tu propia presa, también eres un demonio de san Valentín…— me
dijo con una voz tierna.
Ahora solo estoy cegado por las
ganas de alimentarme, y solo tengo una fecha para salir no; importa hombres o
mujeres. Nadie se podrá resistir a mi… Solo esperare a que ese día salgas de tu
casa para poderte cazar.
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