Voces
(Creado por mi)
Desde muy pequeño, escucho a
esas voces; normalmente las escucho cuando llego a mi casa. Recuerdo el día, cuando mi
padre le mandaron preso, por un supuesto homicidio. Mi madre se quedó conmigo. Me
costó un poco aceptar que mi padre fuera un homicida, y desde ese entonces
empecé a escuchar varias voces de niños. Estas me pedían ayuda; otras me
amenazaban, y eso me aterraba. Intentaba no prestarles atención, pero no servía
de nada… Seguían atormentándome.
Recuerdo la vez que llegue a mi
casa. Regresaba de mi escuela, y sabía que esas voces me volverían a atormentar,
pero ese día fue muy diferente; me pareció demasiado raro que esas voces no
retumbaran en mi cabeza.
—Mamá— dije. Cerrando la puerta
detrás de mí.
No hubo respuesta; en un momento
pensé que ella no estaba. Tal vez estaba en su trabajo… Ese pensamiento se
esfumó, cuando la vi muerta en el baño. Ella se había cortado las
venas. La bañera estaba con sangre. Yo caí al suelo con lágrimas en los ojos.
No me lo podía creer; mi madre estaba muerta. Lo único que pude hacer fue,
llamar a la policía, y esperar a que ellos vinieran.
Dure como unos quince minutos
mirando el cadáver de mi madre, hasta que la policía toco la puerta, y yo tuve
que bajar a abrirles. Tan solo pasaron a revisar el lugar; cuando
miraron el cadáver de mi madre. Lo que me hicieron fue sacarme de la casa. De
nuevo volví a escuchar a esas voces.
Ahora soy dueño de la casa.
Tengo 20 años y trabajo en computación; tal vez se preguntarán ¿A dónde viví el
resto de mi adolescencia? Pues vivía en la casa de mis abuelos. Realmente la
pasé bien; no tuve problema alguno.
Al estar frente a la casa donde
vivía un homicida y su esposa que se había suicidado. Me provocó muchos recuerdos,
haciendo que me estremeciera y se me pusiera los pelos de punta. Al pisar la
entrada, crujió la madera; provocando un pequeño eco en la sala. El lugar
estaba muy silencioso; adornos, mesitas, incluso podía ver partículas de polvo
rondando por el lugar… Recorrí toda la casa recordando varias cosas de mi infancia.
Lo último que revisé; fue mi recamara… Todo estaba en orden, y de repente
escucho varios susurros, volviendo a recordar esas voces terroríficas. Miraba a
todos lados, tratando de encontrar el origen de esas voces, pero todo fue en
vano.
Pasaron algunos días, y esas
voces no me atormentaban más; era de vez en cuando, que me fastidiaban con esos
susurros; ese era me vida diaria en esa casa.
Un día limpiaba el ático, y me
encontré una bolsa plástica llena de fotos de niños, que yo no conocía. Esto
era muy extraño ¿Por qué en mi ático hay fotos de niños? Esa pregunta andaba por mi cabeza el resto del
día… Al caer la noche; me dispuse a revisar las fotografías de tales niños. Y
al sacar todas las fotografías, me encontré con un sobre, ya viejo.
Lo abrí, encontrándome con una
carta que decía lo siguiente:
Cualquiera
el que lea esta carta. Sé que estaré muerto y seguramente iré al infierno por
lo que he hecho.
He
tratado de aguantar esas voces, pero siento que un día de estos me suicidare,
para no seguirles escuchando más… sé que les hice sufrir; lo suficiente para
que ellos me odiaran a muerte. Yo disfrutaba, ver sus caras de agonía y de
terror. La policía no ha podido encontrar a los niños desaparecidos, ni menos a
su asesino que obviamente soy yo.
Si
logras escuchar esas voces, significa que ellos aún siguen atrapados debajo de ese montón de tierra, sin poder ser liberados. Ahora mismo me dicen que les libere, y que en
un día de estos moriré de una manera dolorosa y lenta. Es por eso que escribo
esta mierda.
Si
quieres ayudarlos, pues tendrás que desenterrarlos al lado de esta casa, pero
lo que encontraras no será nada bueno…
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